Sonia
era hermosa y era mi amiga. Un día no hace mucho, mientras iba caminado por la
calle inundada de tristeza me puse a pensar en la cantidad de casas en las que
ella había vivido, como si su
esencia estuviera desparramada por toda
la ciudad. Acá está en la histórica alquilada de 63, donde vivía cuando era
chica con sus viejos y su hermano Germán. Esta foto se la saqué cuando nos
reencontramos después de muchos años. Ella había vuelto del sur y estaba
viviendo con David y Luka de unos ahorros que le dieron el divorcio y la venta
de la casa de Viedma. La dueña le
cobraba sólo trescientos mangos y yo me acuerdo que me daba algo de envidia su
suerte. ¡Qué puta suerte!… En esa época
yo no podía ni siquiera juntar esa plata y me parecía que a pesar de todo ella
estaba bárbara.
La
pelada se debe a la quimioterapia, y eso también es una ironía, porque a pesar
del tiempo, le quedaba igual de linda que cuando teníamos dieciséis y ella se
rapaba para desafiar los cánones de
belleza.
El
tema de la vivienda, es algo angustiante para mí desde que éramos chicas y ella
empezó a mudarse, como en una
peregrinación de un lado a otro. Cuando la madre la echó por primera vez, vivió
primero con una amiga, después con un novio, después con unos amigos de su ex novio que pertenecían a H.I.J.O.S., después
ocupó una casa abandonada con un grupo de anarcos, un día la fui a visitar
cerca de la estación de trenes donde compartía una casa vieja con unos
militantes del PCR que había sacado no sé de dónde. Así dio mil vueltas. Construyó
y vendió una casa en Viedma que fue donde nació Luka, después se vino para acá,
por Olmos donde consiguió una que tenía
mas parque que casa y Luka corría por todas partes mientras los caballos de la zona se comían los yuyos. En
total creo que se mudó como veinte veces. La última fue una casa muy linda en
la diagonal 79. Marx decía que de todas
las necesidades de los hombres, la primera, la más importante, antes que comer
y que trabajar es la de habitar. No se dónde la habrán puesto ahora, a ella que estaba tan acostumbrada a
moverse de un lugar a otro. Quizás sus cenizas estén desparramadas por ahí, por
todas partes, como fue siempre.